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La era de la boludez

1993. Polydor

Este 2023 se cumple el treinta aniversario de “La Era de la Boludez” de Divididos.

Es su tercer trabajo en estudio, el cual terminó por consagrar a la banda como una de las más importantes a nivel latinoamericano. La dupla de Ricardo Mollo y Diego Arnedo, venían de capa caída tras la publicación de su primer material, “40 Dibujos Ahí en el Piso” (1989), y habían retomado el rumbo con “Acariciando lo Áspero” (1991). Tras una mala racha, este disco prometía ser el resurgimiento gracias a la integración del baterista Federico Gil Solá. La tercera es la vencida dicen por ahí.

Sonoramente, seguían aferrados a los vestigios de su anterior agrupación, Sumo, la cual se disolvió tras la muerte del recordado Luca Prodan. Sin embargo, es en este disco en donde se hace presente la intención de desmarcarse progresivamente de ello, dada la incorporación de los matices del folklore, reggae, funk y de la psicodelia, pero aún con pequeñas reminiscencias del grupo anterior. Con esta fórmula es con la que logran, finalmente, despegarse de esa antigua identidad de una vez por todas.



Comenzando con ‘Salir a Asustar’, con esa voz ruda y desafiante que le da carácter al grupo, nos encontramos de lleno con un riff funk-rock que pareciera invitarnos a justamente, a pararnos a salir a asustar. ‘Ortega y Gases’ es el toque lúdico del trabajo debido a melodía y letra. Así es como le abre paso al homenaje al gran cantautor Atahualpa Yupanqui con ‘El Arriero’, una pieza mucho más nostálgica y melancólica, con una guitarra danzante y un deleitante solo de Ricardo Mollo. El bajo funky aparece en la historia de ‘Salir a Comprar’ con un coro tan contagioso que se te queda en la mente un buen rato. Le sigue el single del disco y su primer hit, ‘¿Qué Ves?’, una amalgama entre el reggae, rock y folklore gracias a ese charango que se logra vislumbrar entre estrofas. Himno que se hizo tan famoso en las radios de la época que la misma banda llegó a cansarse de escucharlo.
 
La sexta canción es ‘Pestaña de Camello’, un brillante interludio el cual empieza con un juego de tambores y una guitarra utilizada como sitar que parecieran transportar a quien le escucha directo al Medio Oriente. ‘Rasputin/Hey Jude’ nos demuestra que el rock sigue siendo la arista primordial en este conjunto, pues de entrada la guitarra y la batería son pura y dura energía, al igual que ese pequeño paréntesis al final con el coro del clásico de The Beatles al más puro estilo argentino. Es el turno de una favorita personal, ‘Dame Un Limón’, la que logra seguir incursionando en esta mezcolanza por los valles experimentales de la mano del ex-trombonista de Frank Zappa, Bruce Fowler. La siguiente es ‘Paisano de Hurlingham’, que comienza con un potente rasgueo y, otra vez, con un vozarrón contestatario.

Tanto a ‘Cristófolo Cacarnu’ como ‘Indio, Dejá El Mezcal’ se pueden considerar como dos piezas en una, pues ambas están en estrecho contacto con las ramas de psicodelia, y ambas son igual de capaces de hacerte viajar a 1969. La pista 16, ‘Huelga de Amores’, está basada en las escrituras de Eduardo Galeano, pues nos habla de la inquisición española en Latinoamérica, y nos conecta fielmente con nuestras raíces con esta bella décima acompañada de sus instrumentos primarios. Hasta pasar por ‘Tajo C’, un juego de palabras y rimas que aparentan ser un sin sentido, pero que, no obstante, juntas resultan más que ingeniosas si son escuchadas con atención, tal como se debe hacer con este álbum completo.

Con este material, el trío logra evidenciar a quien le escucha por qué es una de las bandas más influyentes del continente sur, pues no cualquiera tiene la capacidad de tomar uno o más géneros y reintepretarlos sin perder su esencia primal. Un trabajo desfachatado, con mucho carácter, y contundente por donde se le mire, pues no por nada les valió el puesto número 7 a mejor álbum en la lista de los 100 mejores álbumes del rock argentino de la revista Rolling Stone, y el título de la aplanadora del rock and roll.

Divididos – Que Ves?

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